Para la Editorial es un inmenso placer contar con la masiva participación de finos escritores de Colombia, República Dominicana, Bolivia, Perú, Paraguay, México, Argentina, Venezuela, Ecuador, Chile, Uruguay, Estados Unidos, Panamá, El Salvador, Puerto Rico, España y la hermosa isla de Cuba, que tomaron la decisión de salir del anonimato íntimo y aceptar el reto de aprovechar este espacio que nuestra Editorial les brindó, para que -como si fuera un parto feliz- sus escritos pudiesen enriquecer las ansias de un público ávido por descubrir nuevos talentos que hagan parte del rico universo de las letras. La calidad de las obras procedentes de numerosos lugares de Colombia y del exterior, nos permite vislumbrar un horizonte de positivas expectativas, en donde la imaginación de nuestros autores no tiene límite alguno.  

Desde La Guajira hasta el Putumayo. De Nariño al bellísimo Casanare, de los Llanos Orientales hasta las coplas de Antioquia, pasando por el azúcar del Valle del Cauca, el bunde tolimense y la opita Huila. Los Santanderes, la Costa Atlántica que nutre el diccionario de los grandes. De Bogotá la eterna con sus puertas abiertas y brazos extendidos. De lugares recónditos de toda nuestra geografía cafetera, bordando de imaginación los telares de los sueños.

De la pampa argentina que enriquece constantemente la literatura universal, subiendo por el rio De la Plata hasta el límite con Uruguay. La frescura de la nueva generación de Chile y la hidalguía de los hermanos bolivianos. Desde Paraguay los vigorosos guaraníes y los cánticos de los compatriotas de Vargas Llosa. La trilogía de Venezuela, Colombia y Ecuador honrando al Libertador. Desde Cuba la inolvidable patria de José Martí tomados de la mano de los bardos mexicanos.

De Estados Unidos y México, símbolos de una nueva y pujante raza de escritores, hasta la madre Patria que nos regaló el idioma del amor y la fuerza de Cervantes.

A todos, mil gracias y un abrazo fraterno, en la seguridad que es el primer escaño para obtener las preseas doradas.